¿El fin del Papanicolaou?
El útero -también conocido como matriz- es el órgano reproductivo femenino encargado de albergar al huevo y permitir su transición de embrión a feto. Completado su desarrollo, el feto a término sale del útero gracias a las poderosas contracciones musculares del órgano, siendo expulsado a través de la vagina, pasando previamente por una estructura muscular a manera de puerta, llamada cuello del útero. Durante el parto, el obstetra monitorea la apertura o “dilatación” del cuello del útero para saber si este esta avanzando bien.
El cuello del útero es entonces la parte del útero que se encuentra en contacto con la vagina y puede por tanto ser observado abriendo la vagina con un dispositivo llamado espéculo. Se le ve como una estructura redondeada, localizada en el fondo de la vagina y tiene al centro un orificio, llamado orificio cervical, por el cual sale la sangre de la menstruación, o como describimos, el bebe a término.
Es en ese cuello del útero en donde se localiza el cáncer que mas mujeres mata en muchos países de medianos y bajos ingresos económicos -incluyendo el Perú. Como todo cáncer, es silencioso y no causa síntoma alguno durante su desarrollo.
Georges Papanicolaou
Nacido en 1883 y educado en Grecia, el Dr. Georges Papanicolaou, llegó a Estados Unidos en 1913, huyendo de la primera guerra de los Balcanes. Trabajando como investigador en la Universidad de Cornell en Nueva York descubrió que los ciclos hormonales de las cobayas podían predecirse haciendo el análisis microscópico de las células presentes en el moco vaginal de esos animales. Haciendo lo mismo en mujeres, descubrió con sorpresa que el moco vaginal de las mujeres podía contener células cancerosas, estudio que publicó en 1928.
Como muchos grandes descubrimientos en medicina, esos adelantos demoraron muchos años en hacerse masivos. No fue sino hasta mediados de los cincuentas que -gracias a campañas de la Sociedad Americana del Cáncer en Estados Unidos- la prueba empezó a hacerse popular. En la actualidad, se considera que la prueba del Papanicolaou o citología es capaz de disminuir en 80% la mortalidad causada por el cáncer del cuello del útero en países de altos ingresos económicos, países en los cuales, esa enfermedad tiene muy baja prevalencia.
Virus papiloma humano
En los últimos 40 años, las investigaciones han determinado que 99.7% de los casos de cáncer del útero son causados por la infección persistente por alguna de las variedades oncogénicas del virus papiloma humano (VPH). Siendo eso así, las investigaciones no solo se han centrado en desarrollar una vacuna contra los VPH (puesta a la venta en el 2006 y disponible gratuitamente para las niñas en el Perú desde el 2011) sino también en desarrollar métodos de detección precoz del cáncer que descubra la presencia del VPH en el cuello del útero.
Es así que en las dos últimas décadas se han desarrollado métodos genético moleculares que analizan el moco del cuello buscando alguna variedad oncogénica del VPH. Disponibles desde 1997, en el 2011 esa prueba fue aprobada por la Administración de Medicinas y Alimentos (FDA) de Estados Unidos para ser usada junto al Papanicolaou en el diagnostico principal de la enfermedad, y desde el 2014 para ser usada como el único método en la detección del VPH. El problema es que muchas organizaciones de salud expresaron cierta reluctancia en adoptar la prueba del VPH como el único método porque no se habían hecho estudios que enfrenten directamente al antiguo, eficiente y confiable Papanicolaou con la moderna prueba del VPH para ver cual es mejor.
Estudio canadiense
Publicado la semana pasada en la revista de la Asociación Medica de Norteamérica (JAMA) por investigadores canadienses, el estudio HPV FOCAL es el primero que enfrenta a ambos métodos y concluye que la prueba del VPH es superior al Papanicolaou en detectar lesiones premalignas del cuello del útero en mujeres mayores de 30 años.
El estudio, hecho mujeres canadienses entre 25 y 65 años, sorteó a 19,000 de ellas en dos grupos: las que se hicieron el Papanicolaou al inicio, y si este era normal lo repitieron a los 2 años y a los 4 años y las que se hicieron la prueba del VPH al inicio y a los 4 años.
El análisis de los datos demostró que ninguno de los métodos es perfecto y que al final de los 4 años de estudio, 22 de las mujeres que tuvieron una prueba de VPH negativa al comienzo, tuvieron lesiones precancerosas, mientras que 54 de aquellas que tuvieron un Papanicolaou negativo al comienzo del estudio, desarrollaron las mismas lesiones premalignas. Los autores del estudio concluyen que la prueba del VPH es capaz de descubrir las lesiones premalignas con mayor anterioridad que el Papanicolaou y que podrían usarse en su reemplazo como primera prueba.
Corolario
Casi 100 años han pasado desde que el Dr. Papanicolaou descubriera el método que lleva su nombre y casi 70 años de que esa prueba haya sido adoptada masivamente por los países mas desarrollados haciendo que las muertes por cáncer del cuello del útero en esos países disminuya en un 80%.
A pesar de la disponibilidad de esa simple prueba, la mortalidad por cáncer del cérvix en países pobres como el Perú permanece inaceptablemente elevada, siendo mucho mayor en las mujeres pobres. El problema no es entonces que se descubran pruebas nuevas -como la del VPH- sino que estas o las ya existentes, se usen eficientemente por las mujeres en riesgo. Programas de educación masiva del público aunados a sistemas de salud eficientes son lo mas importante.
Tener mas pruebas no es la solución, usarlas sabiamente en la población es el reto.