Seguimiento de casos y contactos: la cuarta pata de la mesa en la prevención del Covid-19
Poco mas de seis meses dentro de la pandemia, y ante la ausencia de un medicamento que impida la infección o el avance de la enfermedad, la principal arma que tiene la humanidad para luchar contra la pandemia es la prevención de la infección. En ese sentido, el uso de mascarillas al estar en público, el mantener una distancia de por lo menos dos metros con otras personas y el lavado de manos han tomado -con toda razón- toda la atención del público y las autoridades.
El punto es que, cuando se habla de prevención, no se ha hecho suficiente énfasis en la cuarta pata de la mesa de esa importante disciplina: la identificación del caso positivo y el de sus contactos, y el aislamiento de cada caso positivo en la cadena.
En otras palabras, tan importante como que el individuo haga lo posible para no contagiar ni ser contagiado (mascarillas, distancia social e higiene), es muy importante que el sistema de salud pública impida esos contagios. Y la mejor manera que un sistema de salud pública eficiente y organizado tiene para impedir esos contagios, es que planee y ejecute un programa de identificación de casos positivos y sus contactos, para que al aislarlos, se impida el contagio. Es decir, prevención a nivel del individuo y prevención a nivel del sistema.
En una prepublicación de Enfermedades Infecciosas Emergentes, editado por los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), se describe el sistema de identificación de casos y contactos en Corea del Sur, el cual describiremos a continuación.
El reporte describe el riguroso programa de identificación de casos y de contactos en los primeros 5.706 casos de Covid-19 diagnosticados entre el 20 de enero y el 27 de marzo. En la actualidad, Corea del Sur, con mas de 51 millones de habitantes, tiene solo 13,745 casos.
El sistema nacional de identificación de casos y contactos de Corea del Sur no solo usó el viejo método de epidemiologia de gastar los zapatos visitando la casa de cada persona afectada, sino también se ayudó de modernas tecnologías, tales como el rastreo de contactos mediante el análisis y vinculación de grandes bases de datos (GPS o sistema de posicionamiento global, transacciones con tarjetas de crédito y circuito cerrado de televisión). Sus hallazgos guiaron en gran medida la política basada en evidencia del gobierno coreano para mitigar la pandemia.
Para empezar, el sistema de salud pública de Corea del Sur, centrado el Centro para la Prevención y Control de Enfermedades o CDC Corea), tiene 17 sedes en gobiernos regionales y 254 centros locales de salud pública, es decir, aproximadamente 15 centros locales de salud pública por región. En un modelo similar, el Perú, con 24 regiones, debería tener 360 centros locales de salud pública.
El reporte empieza describiendo que, empezando con el primer caso de COVID-19, identificado el 20 de enero de 2020, todos los casos posteriores tuvieron una prueba molecular cuyos resultados fueron enviados al CDC de Corea del Sur.
Cada caso nuevo de infección, fue denominado como un caso índice y los contactos de cada uno de esos casos fueron divididos en dos grupos: los de alto riesgo, que incluyeron a personas dentro de la casa, y los de bajo riesgo, es decir aquellos contactos fuera de la casa. A todos los contactos de alto riesgo, sintomáticos o asintomáticos, se les hizo una prueba molecular; mientras que dicha prueba solo fue hecha a los contactos sintomáticos de bajo riesgo. Los asintomáticos del grupo de bajo riesgo tuvieron que ponerse en cuarentena por 14 días, con supervisión por inspectores de salud pública dos veces al día.
En total, el programa monitoreó, por un promedio de 10 días, a 5.706 casos índice y a todos y cada uno de sus 59.073 contactos. A pesar de que solo el 18% de los contactos estuvo dentro de la casa, un mayor y significativo número de contagios de COVID-19 se produjo en la casa que fuera de ella (12% versus 2%). En otras palabras, el mayor número de contagios (quizás por el mayor tiempo que se sin protección en el hogar) se produce cuando el caso índice esta dentro de la casa que fuera de ella.
Otro hallazgo significante, sobre todo para la peliaguda decisión de abrir las escuelas, es que -a diferencia de otros estudios- este análisis demuestra que los niños menores de 10 años, a pesar de tener un 50% menos probabilidad de contagiar que los adultos, podrían contagiar a sus familiares dentro de casa cuando se abran las escuelas y tengan mas oportunidad de traer el virus. Los niños mayores de 10 años tienen la misma probabilidad de contagio, dentro de la casa, que un adulto.
Corolario
Sin duda, un programa de prevención de COVID-19 que no tenga un sólido componente de identificación de casos y contactos no es completo. Este estudio demuestra que el conocimiento que se adquiere estudiando a los casos positivos y a sus contactos, es muy importante para guiar las políticas de salud pública, sobre todo, en el campo de la prevención.
Obviamente, los programas de identificación de casos y contactos deben adaptarse a la realidad de cada país. No todos tienen el desarrollo tecnológico para vincular grandes bases de datos (GPS, transacciones con tarjetas de crédito o circuitos cerrados de televisión), pero todos pueden tener trabajadores contratados para hacer el seguimiento a la vieja usanza. No en vano el símbolo de la epidemiologia de campo es un zapato con un hueco en la suela.