Vivir hasta los 94
Mucha gente se estremece ante la idea de vivir hasta los 94 años. A muchos, la sola idea de vivir hasta avanzada edad les genera tal temor y ansiedad que afirman que preferirían no llegar tan lejos. Otros prefieren no pensar el tema, ya que están muy atareados con el esfuerzo de sobrevivir cada día.
Pero también es verdad que en aquellos momentos de calma de la batalla diaria, cuando podemos reflexionar tranquilos sobre nuestro futuro, nos toca atrevernos a mirar más lejos y a aceptar que, nos guste o no la idea, vamos a vivir hasta los 94, cuando menos. Los avances de la ciencia así lo pronostican a menos que nos enfrentemos a un accidente mortal o alguna enfermedad aun no curable. La realidad es que quien hoy tiene 40 años probablemente viva, cuando menos, 50 años más.Creo que el temor a pensar en la vejez nos viene de paradigmas del pasado, cuando los ancianos eran vistos como personas frágiles, dependientes y sin mucho que hacer. Sin embargo, hoy sabemos que la tercera edad puede ser una etapa con enorme potencial para generarnos grandes satisfacciones, hacer contribuciones importantes a la sociedad y cumplir muchas de nuestras metas y sueños.
Por supuesto que el reto es llegar a los 94 súper bien; sanos, saludables, en uso de nuestras facultades, contentos y, con retos y actividades. Llegar así requiere de una visión clara de cómo queremos ser a los 94, una visión completa de cómo queremos vivir y hacer con nuestra vida y tiempo.
Todos sabemos ya lo que debemos hacer para cuidar nuestro cuerpo y nuestra salud. Sobre el dinero, guardar pan para mayo es la única alternativa para no terminar como una carga de nuestros hijos. De hecho, hoy nadie en su sano juicio puede planificar una vejez digna como dependiente de otros.
Quizá el reto más grande sea el uso estimulante de nuestro tiempo luego de “jubilarnos”. Las personas acostumbradas a producir, hacer, decidir y actuar, necesitan de esa “adrenalina” para seguir viviendo. Lamentablemente, muchos se jubilan sin un plan de vida que provea actividades estimulantes o retadoras.
La gran tentación es pensar que “como falta tanto”, todavía no debo preocuparme de ese tema. Expertos en tercera edad plantean que debemos prepararnos cuidadosamente para vivir esa etapa y planearla desde mucho antes –lo ideal es antes de los 40, cuando todavía somos jóvenes–, haciendo plan de vida que nos permita cumplir esa visión según vaya llegando el momento.
Las decisiones y acciones que tomemos hoy marcarán nuestros próximos 50 años, definiendo la calidad de vida de la etapa probablemente más larga que nos toque vivir. Dejar nuestro futuro al albur, negando que algún día seremos viejitos, es un acto de gran irresponsabilidad hacia nosotros mismos.
Vivamos hoy a plenitud pero con la mirada puesta a largo plazo, que además llega más rápido de lo que uno cree! Atrevámonos a plantear una visión ambiciosa de nosotros mismos a los 94 y a construir el plan que nos lleve a lograrla.