¿Te consideras atractivo a nivel profesional?
Publicado el 27/02/2018 en América Economía
Tener un buen nivel de empleabilidad es cuidar y desarrollar nuestro talento y reputación con el mismo cariño, ambición, dedicación, esfuerzo y atención que le pondríamos a nuestro mejor negocio propio, ya que de hecho lo es.
Hay muchas personas que se sienten inseguras en sus posiciones. Más aún, temen enfrentar el mercado laboral actual, ya que no se sienten preparadas o competitivas. Peor aún, sienten que quizá no podrían volver a encontrar un trabajo como el que tienen ni un salario al nivel del actual. Así, buscan defender el statu quo de sus vidas profesionales. Incluso, muchas veces involuntariamente hasta sabotean cualquier cambio organizacional que creen podría amenazar lo que ya tienen. Están siempre a la defensiva de las novedades, los nuevos trabajadores, incluso de las nuevas tecnologías, cambios de estrategias, visiones, etc.
Desconfían de todo lo que podría potencialmente quitarles sus puestos de trabajo. Lo cierto es que esos temores e inseguridades paralizan a esas personas y las hacen perder de vista la opción de elevar su nivel de empleabilidad y mejorar su perfil profesional como sus únicas “defensas” reales frente a la competencia, los cambios, los nuevos jugadores, su edad que avanza, su perfil que se desactualiza.
Y no se hacen estas preguntas clave: ¿Soy actualmente atractivo, vigente, competitivo, valioso a nivel profesional? ¿Tengo “jale” profesional? ¿Estoy acumulando logros interesantes? ¿Sigo haciendo crecer mis habilidades, talentos y destrezas? ¿Mi red de contactos está actualizada? ¿Me aprecian, valoran y recomendarían de ser el caso? ¿Me buscan otros para ofrecerme trabajos, dentro o fuera de la empresa donde estoy trabajando?
Hacerse esas preguntas nos obliga a damos respuestas honestas y difíciles y a tomar acción responsable sobre nuestro perfil. Y lo más complicado aún, a comprometernos realmente con el nivel de empleabilidad que queremos tener, con las metas y objetivos que nos planteemos, con las acciones a tomar y sobre todo con los esfuerzos personales necesarios para realmente ser muy empleables y para tener opciones y oportunidades en nuestra vida profesional y poder elegir entre ellas. La realidad es que quienes tienen un buen nivel de empleabilidad deciden dónde quieren trabajar.
Siempre insisto en que ser empleable no significa tener un trabajo, se trata de la capacidad y la actitud de retener el actual trabajo, mejorarlo o de conseguir rápidamente uno nuevo. Es la disposición y el compromiso personal de mantenernos vigentes, competitivos. Es la decisión personal y la voluntad de generar logros y valor a la organización, de desarrollar nuevas competencias, y tener más y mejores contactos, atentos siempre a elevar el valor de nuestra marca personal y de nuestra reputación.
Es la fuerza de voluntad de impulsar con ganas y empeño nuestro crecimiento profesional y personal, de ponernos metas ambiciosas e indicadores que midan nuestros avances y de empezar a trabajar son seriedad para conseguirlos. Ser empleable es tener la capacidad de generar demanda por nuestros servicios profesionales como los adultos responsables que somos. Tener un buen nivel de empleabilidad es cuidar y desarrollar nuestro talento y reputación con el mismo cariño, ambición, dedicación, esfuerzo y atención que le pondríamos a nuestro mejor negocio propio, ya que de hecho lo es.
Y lo más importante, empezar a hacerlo sin demora ni excusas que responsabilicen a terceros de los resultados de nuestras vidas profesionales. ¿El reto principal? Sustituir el miedo a ser incompetentes con la acción decidida e inmediata para lograr tener el timón de nuestras vidas lo antes posible.
Ines Temple, Presidente de LHH DBM Peru y Chile
Publicado el 27/02/2018 en América Economía