La importancia de un sueño de calidad
El sueño y el descanso son pilares fundamentales de nuestro bienestar. Un sueño de calidad será de vital importancia y afectará positivamente tanto a nuestra salud física como mental.
De media, una persona necesita entre siete y ocho horas de descanso. Sin embargo, el descanso puede verse interrumpido por algunos de los trastornos del sueño más comunes, que según el Instituto Europeo del Sueño, son los siguientes.
Insomnio
El insomnio es uno de los trastornos del sueño más frecuentes, y consiste en la dificultad o disminución de la capacidad para conciliar el sueño o para mantenerlo. A lo largo de la noche podemos despertarnos varias veces, haciendo que descansemos menos tiempo del necesario. A su vez, el insomnio puede ser temporal o presentarse como un trastorno del sueño crónico, dependiendo de si perdura durante días o semanas, o incluso durante meses o años en los casos más extremos.
Las causas del insomnio pueden ser varias:
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Por causas médicas: como alteraciones respiratorias, metabólicas, cardiovasculares, hormonales y neurológicas, entre otras. Así como al padecimiento de trastornos del estado de ánimo tales como depresión o ansiedad.
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Por enfermedades del sueño: como el síndrome de piernas inquietas, parasomnias, pesadillas, epilepsia entre otros.
Asimismo, pueden influir otros factores externos como el ambiente, los malos hábitos de sueño o el consumo y/o abuso de algunas sustancias estimulantes y ciertos medicamentos.
Apnea
La apnea del sueño se caracteriza por pausas de respiración (apneas), que se producen con una frecuencia y duración variable durante el sueño.
Se trata de un trastorno del sueño relativamente común, pues unas 3 de cada 4 personas que roncan presentan también apnea del sueño. Esto se debe a que las apneas tienden a intercalarse con los ronquidos.
Se necesita necesita atención médica especializada para conocer si es preciso un tratamiento de este trastorno.
Al tratarse de cierres parciales o totales de la faringe, se interrumpe la entrada de aire en los pulmones y, por tanto, se provoca una disminución momentánea del oxígeno en sangre. Esto afectará significativamente al ciclo del sueño, pues la persona que la padece sufrirá micro-despertares con cada una de estas pausas.
Como consecuencia, la calidad del sueño y del descanso será mucho menor, aumentará el cansancio y la somnolencia a lo largo del día, y pueden llegar a provocarse cefaleas, cambios en el estado de ánimo, en el rendimiento o incluso en la memoria. A su vez, la apnea del sueño puede aumentar el riesgo de hipertensión arterial, de infarto de miocardio, de accidentes cerebrovasculares o de diabetes.
Narcolepsia
La narcolepsia es algo menos común que los trastornos anteriores. Se trata de una patología neurológica que se caracteriza por una importante somnolencia diurna, con episodios de sueño.
En algunos casos, va acompañada por cataplejia o crisis de pérdida de fuerza muscular, que pueden durar desde segundos a varios minutos. Igualmente, el paciente con narcolepsia suele tener alucinaciones tanto al conciliar el sueño como al despertarse, parálisis del sueño, o despertares frecuentes a lo largo de la noche con una alta incidencia de parasomnias.
Ante cualquiera de estas patologías y para disfrutar de un sueño de calidad, es esencial mantener unos buenos hábitos y una buena rutina del sueño. Aunque, en caso de sufrir alguno de estos trastornos, lo más importante es acudir a especialistas médicos del sueño que den con los mejores tratamientos y soluciones para cada caso.