Helstar "Glory of chaos" AFM 2010
Si con un álbum debemos acabar el año, este es el mejor final para 2010. No ha sido mal año para el metal: hubo muy buenos lanzamientos dentro y fuera del país, retornos, conciertos, festivales. Así que este disco sirve para (de)mostrar la vitalidad del metal. Helstar, una de las glorias del power/speed estadounidense, nos agrede con este excelente ejemplo de metal sin concesiones a nadie. Cuidado, no están tomando prisoneros.La generación de bandas de speed/power heavy metal de comienzos de los 80 en Estados Unidos ha dado de los mejores frutos musicales que se puedan esperar, Savage Grace, Lizzy Borden, Savatage, Wretch, Breaker, Armored Saint, y un verdaderamente largo ectcétera. Dentro de este manojo de furia, destaca hasta nuestros días Helstar. Un combo que ponía énfasis a la vez en la agresividad y en el virtuosismo, rescatando y poniendo en primer lugar los elementos configurantes del metal. En los 80 dieron al mundo del heavy obras del nivel del “A distant thunder” y del “Nosferatu”, que fueron aclamadas dentro del circuito intermedio de bandas de heavy (intermedio en términos de popularidad, no de calidad), pero entre tantas bandas de talento y con la emergencia del thrash y luego del death metal mucho de su trabajo no pudo alcanzar la admiración que se merecía.
La banda encabezada por el excelente y halfordiano cantante James Rivera (entre los integrantes de esta banda hay una fuerte ascendencia hispana) comenzó a dar batalla de nuevo a mediados de la última década y editó en 2007 un “Sins of the past” que era un recopilatorio de clásicos de la banda pero vueltos a tocar con un sonido más moderno y con nuevos arreglos. El disco fue juzgado innecesario por la crítica en general, pero la verdad era la mejor forma de volver a acercar a la gente a su trabajo y familiarizar a los nuevos headbangers con lo hecho por esta banda en el pasado. Incluso Jhon Kelvin de Warbringer hace coros en “Angel of death” (la de Helstar, claro). El verdadero retorno se produjo con un genial “King of Hell”, que valgan verdades y herejías, es superior a casi todos sus trabajos clásicos de los 80, con la excepción de “Nosferatu”. Acá se cumple lo que mencioné en algún comentario sobre At War y Kreator y que puedo hacer extensivos a bandas como Destruction o Necronomicon, lo que hicieron después es mejor que mucho de lo que les dio fama o renombre, que por supuesto también es genial, así que la calidad de lo nuevo es superlativa.
Sin embargo pensaba que el pendón había quedado tan alto con “King of Hell” que era elevado el riesgo de que la continuación fuese decepcionante. Nada de eso señores headbangers, “Glory of Chaos” es de verdad una gloria del caos metálico más desatado y violento. Son diez temas que no dan un respiro y que no mantiene ningún coqueteo con los estilos actuales sino que va directamente a las fuentes del heavy metal, del power y del thrash para recombinar todo en piezas asesinas en las que no puedes dejar de agitar la cabeza como cuando tenías 15 años (o si los tienes). La voz operática de James Rivera es matizada con estilos más brutales de canto vinculados al thrash europeo, muy en la onda de Kreator. La batería también está muy acelerada y las guitarras atacan con velocísmos riffs a cada tanto, son duelos vocalicos y guitarrísticos como los de antes. Por momento recuerdan a unos Testament, pero a mil por hora.
“Angels fall to hell” abre el disco, se trata de un tema típico de Helstar, powermetalero, bueno, pero estándar. La violencia comienza con el segundo track, “Pandemonium”, crees que has cambiado de disco y que estás oyendo el último de Heathen. “Monarch of bloodshed” continúa con la agresión sónica, la batería acá es totalmente thrash. Si crees que ahora se serenaran un poco ofreciendo al oyente un remanzo de paz, te equivocas, en lugar de eso te golpean con “Bone crusher”, que es lindante con una suerte de speed death metal (nunca había escuchado la voz de Rivera así). “Summer of Hate” y “Dethtrap” son un speed más convencional que baja las revoluciones hasta los niveles del segundo tema del disco (hasta ahora venían subiendo). El ataque regresa con “Anger”, cuyo título refleja lo que terminas sintiendo luego de escucharlo, sigue con “Trinity of heresy”, algo más calma, y que alcanza pico con “Alma Negra”, el mejor tema del disco y uno de los mejores de esta década. “Zero one” cierra con mucha clase (geniales las guitarras clásicas en esta canción) este disco.
Dos bonus tracks acompañan la edición europea, “Heavy metal thunder”, de Saxon, y “Animal Magnetism”, de Scorpions. No están nada mal, pero luego de la rabia la verdad son un parón.