Iron Maiden: 23 de Marzo del 2011, metal viviente
Iron Maiden tocó en el Perú una vez más y una vez más estuvimos más cerca de la esencia del metal en su expresión más intrínseca.
Hace dos años Dickinson nos prometió volver y la noche del miércoles 23, desde las 9:00 pm, esa promesa se volvió realidad. Esperamos durante meses la segunda venida de Maiden a Lima y aunque temíamos porque se sabía que la venta de entradas no andaba bien, nada nos hacía temer de la calidad de lo espectaríamos. Lo que nos presentó nuestra Doncella se ajustó al setlist conocido que ya circulaba por los medios de información, así que por ese lado no hubo mucho que sorprendiese, pero la sola ejecución de dichos temas en vivo justificaba toda expectativa.
El concierto comenzó con la banda Contracorriente, una pésima elección de la que hablaremos en un excurso aparte. Luego del bajón que supuso tal presentación, la gente de verdad estaba deseosa de ver a Maiden ya. A eso de las 9:00 comenzó a sonar la introducción Satellite 15 del último disco, “The Final Frontier”. Aunque el disco ha sido bien recibido, la intro no lo ha sido tanto, pero en el concierto quedó muy bien como pórtico mientras el video de dicho tema era mostrado en las pantallas gigantes. Un fondo lleno de luces que semejaba el espacio estrellado quedó al descubierto y sonaron los acordes de “The Final Frontier” y la voz de Dickinson retumbando en todos nosotros. La gente saltó hasta los cielos durante el tema para recibir “El Dorado” con algo de calma. Fue con “Two Minutes to Midnight” que la gente finalmente se entregó a la música (supongo que muchos asistentes simplemente no han oído los últimos discos). Poco a poco se fueron sucediendo los temas, Dickinson nos saludó y arengó como es su costumbre con energía y espontaneidad. Su capacidad atlética sigue en muy buen estado. En “Dance of Death” (gran tema) incluso hizo algunas cabriolas para interpretar el sentido de parte de la letra. Corrió de lado a lado del escenario para que todos gozásemos de su presencia y carisma de (relativamente) cerca. El sonido comenzó un poco acoplado y con chirridos en las guitarras, pero luego, sobre todo después de “The Wicker Man” se arregló.
Algo estupendo del concierto y que no pudimos disfrutar tanto la vez anterior es la participación de Janick Gers. Como recién se incorporó a Maiden en los 90, en la gira del Somewhere Back in Time, no tenía mucho que hacer en la mayor cantidad de temas; ahora hemos podido disfrutar más de su reconocida habilidad guitarrística en los solos compartidos en los temas del “Brave New World” y de “The Final Frontier”, que fueron la mitad del concierto. El momento emocionante y muy identitario fue cuando interpretó “Blood Brothers” en homenaje a los fans de Iron Maiden en Japón y en todo el mundo. Claro que todos los temas son excelentes y muy bien interpretados, pero me llegó mucho al alma la ejecución de “The Evil That Men Do”, normalmente no está en mi top ten de Maiden pero esa noche la sentí tan intensa que me fascinó y la canté con fervor. Uno de los temas que más impactó en el público fue “When the Wild Wind Blows”, uno de los nuevos, creo que el tema de un verdadero colapso de la humanidad está apareciendo cada vez con más fuerza en el metal tradicional, reacio en general a tópicos tan realistas. Otro notable momento de la noche fue “Fear of the Dark”, tema que casi todo el mundo conoce, por lo menos en sus primeras líneas. Ojalá lo oigamos en alguna grabación oficial, “…you Perú!” la parte final del concierto estuvo compuesta por “Iron Maiden”, “Hallowed Be Thy Name” y “Running Free” (primera ejecución en Lima). Todos quedamos agradecidos por una celebración tan intensa del metal en su más gloriosa expresión y deseando un retorno pronto.
Mención aparte merece el escenario, que fue muy interesante pues tenía un fondo de telones móviles en los que con cada tema se cambiaba por una imagen representativa o alegórica, justamente la de “When the Wild Wind Blows” era la de una ciudad destruida y estaba muy bien lograda.
Ojalá algún día vuelvan a incluir “Flight of Icarus” en el set list, es uno de sus mejores temas y quiero oírlo alguna vez en vivo. Me da pena que ciertos temas del último disco que son excelentes hayan sido dejados de lado, me refiero sobre todo a “Mother of Mercy” y “The Alchemist”, que son nuevas joyas en el cofre de Iron Maiden.
Cosas para recordar como anécdotas serían, en primer lugar, la cantidad de jóvenes asistentes, e incluso de niños. Me gusta que Iron maiden haya renovado su base de fans y ahora haya una nueva generación de admiradores que mantengan la flama ardiendo y que sepan de primera mano lo que significa el heavy metal. Si nuestra generación (tengo 36) hubiese conocido la experiencia de un concierto de Maiden o de Megadeth o de Motorhead a la edad de 15 ó 16 años creo que nos hubiesemos formado de otra manera, no sé si mejor pero con otra intensidad. Ojalá esto permita una pervivencia mayor del metal.
En segundo lugar creo que es condenable que un candidato al Congreso por el partido aprista, no diré su nombre para no publicitarle, se presentó en la puerta del concierto con camioneta, calendarios y afiches en los que se promocionaba como headbanger para que voten por él. Es despreciable que una persona quiera emplear el metal como plataforma política-publicitaria personal. Despreciable y estúpido, ¿qué clase de idiota votaría por alguien solo porque es headbanger? Si por lo menos fuese una postulación emanada de una toma de conciencia headbanger a nivel político, bueno, pero eso era solo una manipulación. Felizmente la mayor parte de personas rechazó tal pretensión y le ignoraron en medio de risas burlescas. Busca tus votos en otra parte.
En tercer lugar, y lo que sí fue grave. ¿A quién se le ocurrió poner a Contracorriente de telonero? Haré salvedad de referirme a la calidad musical de la banda per se, pero ¿no saben acaso que un concierto de metal es más que un evento musical? El metal hace mucho que es más que música, es una forma de percibir la vida y, como ya dije alguna vez, es una toma de posición frente a la existencia en general; por eso no hay lugar en un evento metálico para una banda ajena al género (no hablo de festivales musicales abiertos, ahí no hay problema pues va todo tipo de personas con diversos gustos). Un concierto de metal convoca a una cultura específica. Se puede poner bandas afines quizás, pero la que hace Contracorriente no es afín, es disonante y a la mala con lo que significa Iron Maiden, la NWOBHM y el heavy metal en general. Les llovió de todo, se les insultó, ignoró y hasta miembros del club de fans de Maiden se bajaron el pantalón enseñándoles las posaderas, o sea el poto calato. El frontman adoptó una actitud ridícula, al notar que la audiencia le era francamente adversa, se puso a retar al público (le lanzaron más cosas); luego dijo que la gente de Iron Maiden era su gente, por Dios todo lo que hay que oír en esta vida. De remate parecía vestido como para ir a perrear un reggaetón, no a tocar abriendo para Maiden. Qué pésima elección. Los organizadores debieron preocuparse por buscar una banda de metal, aunque de repente no de heavy; estoy seguro que Reino Ermitaño o Mazo hubieran tocado felices y hubiesen sido bien recibidos. Incluso bandas de thrash o death, pues al menos son metal.
Les dejo algunos videos de la velada sangrienta: