Bandas que no Debemos Olvidar: U.D.O.
El año pasado (2011) fue especial para mí, ya que cumplí dos sueños. Ver a Judas Priest (viajé a Chile) y a U.D.O. Ambos están entre mis artistas favoritos de todos los tiempos y es que a mí Udo, jamás me aburre. Amo su constancia y su deseo de dar metal auténtico a raudales. Lleva una pila de años, este maestro y ya es un tipo de la tercera edad, pero para los headbangers él es atemporal.
Udo Dirkschneider nació en Wuppertal, Alemania en 1952, por lo que el contexto de la Guerra Fría y de las división de las dos Alemanias marcaron el ambiente social en el que creció. La generación de los 60 y 70 en las que fue joven y adolescente vieron en el rock la forma de enfrentarse a un mundo cada vez más imbuido en la inseguridad. Piensen, Alemania estaba allí nomás, en la línea del frente entre la Otan y el Pacto de Varsovia, con cientos de cabezas nucleares a ambos lados de la frontera.
Udo Dirkschneider formó al lado del Michael Wagener (luego reconocido productor de musical, incluso de Accept misma) Band X con la que tocaron y tuvieron algunas grabaciones no oficiales, sin embargo alcanza la fama cuando cambia el nombre a Accept, en 1976, seminal grupo de heavy metal que deja atrás largamente todo lo que se hacía hasta entonces en tierras teutónicas, en las que el hard rock de Scorpions habían hecho escuela. La NWOBHM estaba abriendo puertas y el clima se prestaba para cosas más arriesgadas. El primer registro discográfico de la banda fue el homónimo de 1979, completamente contemporáneo con lo que estaban haciendo Iron Maiden, Deff Leppard, Saxon y otros grandes en ese momento. Este primer disco se mueve en coordenadas a medio camino entre el hard rock y el heavy metal y aunque ha dejado poco para el cancionero clásico de la banda, destacó Seawinds, una impresionante balada que luego versionaría Therion magistralmente en la voz de Sarah Jezzabel Deva. Su primer gran disco vendría al año siguiente, el I’m a Rebel, tema que expresa las ideas de la banda acerca del ser rockero y que encarnaría en la nueva identidad headbanger como nunca antes lo había hecho. El sonido se acera un poco más y la influencia de Priest es ya evidente. Breaker, del año siguiente es un paso más hacia delante en la influencia del metal británico y la aceleración que signaría al grupo en su carrera. Temas como Breaker, Run if you Can o Can’t Stand the Nigt se convertirían en himnos metálicos que inspirarán a otros grupos en su lucha por construir al verdadero metal.
Sin embargo, será en 1982 cuando Accept dé el paso mastodóntico en su carrera. Desde 1980 el heavy metal conquistaba el mundo y nada parecía detenerlo, había hambre de violencia sónica y este disco la ofreció con creces. Tanto que hay quienes creen que Accept comenzó su carrera con este álbum. Pero no. El tema de apertura con la entrada musical alemana tradicional que degenera en un ruido de tocadiscos para empalmar en le velocísima Fast as Shark se convirtió en uno de los momentos más clásicos de la cultura headbanger. Este tema está anunciando todo lo que será el speed y el thrash metal. Es posible oír todo Exodus en esta canción. Es Judas Priest del Painkiller 8 años antes. La voz de Dirkschneider, tan conocida por sus gritos chillones en la actualidad, ofrecía entonces más matices y los aprovecha con total solvencia. Un portento de disco que tuvo una feliz continuación en el multiplatino del 83 en el Balls to The Wall, un disco que le pateo el trasero a todo el mundo y que está entre lo más agresivo que el heavy metal clásico haya logrado plasmar en toda su historia sin dejar de ser heavy. Se trata de un disco perfecto, de esos que se componen una vez en una carrera, es un Painkiller, un Appetite for Destruction, un Reing in Blood. El tema de apertura es todo un himno a la lucha de clases. El oprimido que un día se levantará y dirá hasta acá nomás me jodieron, ahora verán. El tema que le sigue, London Leather Boys parece ser un pequeño tributo a Rob Halford. Fight it Back es otra orgía speed/thrash metal que da para la rabia cañera sin fin. Head Over Hells es un tema hevy más clásico y cercano a los primeros dos discos del grupo con una voz un poco más grave. Loosing More than You es un tema un poco olvidado pero a mí me encanta cómo se da en general. Love Child es tan ochentera que hoy es casi un insulto en la cara del nü metal, todo lo que han rechazado está en este tema. Turn Me On es una oda al heavy metal por donde se la oiga, acompasada y pausada no pierde la virulencia del disco en general, un tema más descansado en medio de tanta tormenta. Loosers and Winners es un tema ganchero y rítmico quizás el menos interesante del disco, pero aun así es muy bueno, con una letra un tanto simplona. Guardian of The Night es una belleza de tema que lamentablemente se ha diluido en el tiempo y hoy no es tocado mucho. Una pena, a mí me encanta este medio tiempo. Winterdreams es un estupendo cierre para un álbum que da todo al metal y por el metal. Es demasiado hablar de este disco.
Un tema aparte son las letras de las canciones, que a lo largo de los años fueron compuestas por Deaffy, esposa de Wolf Hoffman, el guitarrista (y mandón), y que han tocado temáticas sociales y existenciales con una inteligencia y un sentimiento muy particulares.
Metal Heart es el siguiente trabajo de la banda y en él encontramos un trabajo impecable que es un tanto repetitivo ya, pero luego de dos discos tan grandes como los anteriores, era inevitable. La adrenalina sin embargo volverá a subir a escalas mayores en el siguiente disco, el Russian Roulete, con temas como T.V. War, Monsterman o Heaven is Hell. Un nuevo clásico que si no pegó más era porque ya andábamos por 1986 y Metallica, Slayer, Anthrax, Exodus y Kreator ya se hacían de un nombre en la escena metal mundial. Acá dejo, por ahora, el trabajo de los Accept pues es el último disco en esta etapa en el que aparece el genial Udo, motivo de este artículo.
Por diferencias creativas, y financieras, Udo se apartó de Accept en 1987 y comenzó su carrera solista, en palabras de él “U.D.O. es la continuación de Accept pero sin Hoffman”. Lo demostró creando discos espectaculares. El primero fue el Animal House (1988), en el que se sitúa en las coordenadas del heavy metal tradicional y sin concesiones. Luego le siguió el Mean Machine (1990) pero la coronación de su esfuerzo personal llega recién con Timebomb (1992), uno de los discos más subvalorados de la historia del metal. Para mí es el Painkiller de U.D.O. Fenomenal de principio a fin; contiene uno de los temas más enfermos del metal, The Gutter que es puro speed metal en la vena de Fast as Shark. El siguiente tema es Thuderforce, otra belleza del heavy metal. Es increíble la precisión de las guitarras, en este disco a cargo del gran Mathias Dieth, miembro clave de Sinner, sus acordes y riffs son bisturís cortando miembros con precisión. Burning Heat y todas las que siguen no tienen pierde.
Después de este disco se produce un retorno de Udo hacia su banda de origen, Accept, para el disco de 1993 Objection Overruled, era obvia la calidad vocal que exhibía Udo y Wolf no quiso perdérsela y tampoco la oportunidad de revitalizar el alicaído nombre de su banda. Se trata de un gran disco muy agresivo y que me encanta. Aunque es un poco más de lo mismo. Death Row del siguiente año trata de andar por el sendero pero no tiene tanto éxito, el mercado ya había cambiado y estaba de moda el grunge, la gente moría por Nirvana y el metal se veía como una pieza de museo entre los inauténticos y resentidos de la crítica musical, Accept y UDO representaban todo lo que ellos odiaban.
Accept siempre fue el coto de caza privada de Wolf Hoffman y siempre se ha hecho lo que él ha decidido, para bien o para mal. Así que para adaptarse lanzaron en 1997 Predator un disco de sonido moderno, no Groove, pero sí más distanciado de lo tradicional. Eso no le gustó mucho a Udo que retomó su carrera personal ese mismo año con un estupendo y emblemático Solid, que en aquellos años de ostracismo para el metal fue un faro para la resistencia headbanger en el mundo. Solid es para mí un hito y un disco muy especial pues en él Udo, dentro de los límites obviamente, emplea cambios y partes no oídas en su música antes. Me encanta el tema de apertura Independence Day que es mi tema preferido de todos los tiempos de Udo y que corié a voz en cuello en su show en Lima, (casi nadie lo hacía pues los metaleros en el Perú se han quedado con sus discos de Accept ignorando el poderoso legado de este maestro). Otro poderoso tema de es Devil´s Dice que tiene un airecillo a lo Motörhead que queda muy bien además de una letra muy divertida que compara la vida de Udo con la de Jesús de Nazareth y que todo es cuestión de suerte (roll the dice). Otra gran cosa de este disco es que esta vez, Udo se trajo a Steffan Kauffman, baterista de Accept, para su causa, y su trabajo ha brillado con luz propia desde entonces en los discos de U.D.O., pero ahora como guitarrista.
1998 ve aparecer otro gigante de la discografía metal, el No Limits, que abre con otro tema realmente enfermo, Freelance Man. Tremendo disco con canciones como No Limits o Manhunt. Una pieza tan metálica, que es difícil de asimilar. Nos aproximamos al siglo XXI y al retorno que significó para el metal esta época y UDO no podía fallar a la comunidad headbanger mundial y nos brindó en el 99 el Holy, un gran disco que si bien no me impacta tanto como Timebomb, Solid, y No Limits, es un excelente cierre de ciclo noventero y una buena apertura para lo que se vendrá.
El siglo XXI llega para UDO en la forma de un disco en vivo grabado en Rusia, que no les miento, debe ser uno de los mejores registros en vivo de la historia del metal. Es un disco larguísimo pero inagotable. Todos los clásicos que puedas asociar a la voz de U.D.O. están acá, con preferencia los de su carrera solista que a mí la verdad me engancha más que su época en Accept (salvo por Restless and Wild y Balls to The Wall). No se me malinterprete, no estoy diciendo que no me gusta Accept, me encanta, pero me gustan más los discos de U.D.O. sobre todo Timebomb, Solid y Mastercutor, bueno me estoy adelantando.
La primera mitad de la década no fue tan impactante como los 90, qué curioso. Quizás andaba un poco cansado, pero lo cierto es que nos dio discos cumplidores como Man and Machine, Thunderball (probablemente el más bajo de toda su carrera, sin ser malo) y Mission X, que apuntaba a un sonido clásico muy acerado. Sin embargo en 2007 volvió con uno de los mejores trabajos de heavy metal de la década, el Mastercutor, un discazo por dónde se le mire el que moderniza, sin traicionar un ápice su sonido. Ni un tema flojo, el tema título, The wrong side of midnight, The Instigator (con su trama política), One lone Voice con su reclamo identitario, etc. Nada está demás en esto, otra pieza excepcional.
De la gira de este disco emanó el Mastercutor Alive, DVD muy recomendable y que ya nos muestra un Udo con sus años encima pero vital y lleno de heavy metal, un verdadero creyente. 2009 nos presentó el Dominator, un muy buen disco que no impacta tanto quizás como el Mastercutor pero que para mí se para por delante de los 3 discos anteriores al Mastercutor.
En este tiempo se dio la novela Accept/UDO en la que se habló de una reunión y de hecho hubo algunos conciertos en Europa con Accept y Udo en las voces, pero al parecer no llegaron a un acuerdo económico ni de derechos de autor, así que todo quedó allí, sin embargo Wolf decidió que no importaba y sacó su propia versión de Accept con Max Tornillo y un disco bastante bueno, el Blood of the Nations. La situación jodió bastante a Udo, porque se sintió engañado ya que le dijeron que sin él no habría tal reunión. Como sea, tenemos a dos grupos girando y compartiendo set list. Mejor para los fans.
El último trabajo de U.D.O. es el Revaptor, (que tiene la portada menos atractiva de la historia de UDO, pero bueno) con un sonido moderno, pero no groove, se articula muy bien con el Mastercutor y en creo que es superior al Dominator. Aun así no lo he escuchado tanto.
Así, acá tenemos a un gigante del metal que ha entregado su ser al combate por nuestra fe en contra de cualquier falso orgullo o de dioses de pies de barro. El gran Udo Dirkschneider está acá para continuar combatiendo.
El clásico de los clásicos
El antecesor del thrash metal
Metal Eater con Mathias Dieth
Mi canción preferida de U.D.O.
El lado equivocado de la medianoche
U.D.O. en Lima: un sueño