Reseña del Leprosy Bitch - Embryonic Coagula - A Sangre Fria/Morbid Attack - 2016
El sonido extremo ha sido la tendencia más constante en el metal peruano y bandas como los primeros Napalm Death, los primeros Carcass, Impetigo y Repulsion han tenido una llegada muy fuerte entre los headbangers locales, sobre todo desde finales de los 80 y comienzos de los 90. Por eso no es de extrañar que sigamos produciendo grupos de este estilo; en ese sentido, al legado de Contumacy, Cadaver Incubador y Anal Vomit ahora se suma Leprosy Bitch, agrupación que lanza su primer disco, Embryonic Coagula.
Si quisiera buscar un referente internacional que nos ayudara a aproximarnos a este trabajo yo señalaría casi sin dudarlo al Impetigo de aquel inolvidable Ultimo Mondo Cannibale, de 1990, aunque no son pocas las deudas con el Carcass, del Reek of Putrefaction. Se trata de death/grindcore directo y desnudo, aunque no simple que cumple con todas las convenciones del género pero con un gran nivel en lo que se refiere tanto a ejecución como a producción. No se siente por ningún lado el amateurismo que signaba a aquellos trabajos aurorales, algo que muchos entonces apreciaban (creo yo) con demasiado y exagerado énfasis. Acá confirmo que a este tipo de música también le favorece un buen sonido y una buena ecualización que no embrolle los instrumentos sino que los distinga con mayor claridad. Sobre todo cuando el nivel exhibido lo merece.
Esta calidad técnica en los instrumentistas así como la versatilidad en las voces, no empeñan para nada un producto que por definición debe ser brutal y extremo. Recordemos que cuando entramos en el grindcore, abandonamos un tanto a la canción como eje creativo y penetramos más bien en la construcción de un sonido. En este caso un sonido realmente aplastante. Con títulos como Abominable Decrepit Prostitute o Cavities Filtered by Fetid Flows es claro lo que se traen entre manos (y otras extremidades).
¿Quiénes están detrás de este cavernoso proyecto? Pues en la batería está Oscar the Mutilator, quien ya cuanta con otros varios (Deathstorm88, Diabolous666 y, claro, la que fue la última encarnación de Hadez), en la guitarra está Roy Elguera, quien responde al nombre de Roy Noizer y que es uno de los pilares de Saram y Anal Vomit. A las voces (por llamarla de algún modo a lo que sale por la garganta) tenemos a Eduardo Vílchez, quien ha actuado con bandas de corte similar como Intestinal Laceration y Voracious Infection. No son pues novatos en el género.
El disco fue grabado en El Techo, aquella legendaria sala en la que varias de las bandas peruanas han registrados sus más memorables placas, como Mortem y Estigma (lamentablemente la sala parece estar bastante desvinculada del metal peruano en la actualidad). La calidad de la producción se nota a leguas. Definitivamente estamos ante un trabajo sólido, bien plantado, extremo pero no chabacano, brutal pero no infantil. Un disco que cualquier amante del goregrind disfrutará muchísimo.