Reseña de Psicorragia - Madremuerte - Postunder/MFL Records- 2016
Madremuerte es el segundo larga duración de Psicorragia, uno de los mejores trabajos de death metal que se haya realizado en nuestro país y uno de los mejores que he escuchado en mucho tiempo. Un disco extraordinario que levanta la vaya muy alto tanto para las futuras producciones del grupo como del género en el Perú.
Psicorragia ha venido trabajando desde la década del 90 en construirse un nombre y ser alguien por sí mismos en el metal local e internacional; todos sabemos que eso suele ser muy complicado por las barreras a veces innecesariamente difíciles que obstan el desarrollo creativo de los artistas de todo género en el país, en particular en la vertiente extrema. La banda tenía un álbum en su haber que se remonta a 2001, La pasión de lo mortal, un trabajo que se inscribía dentro del death/doom de comienzos de los 90 aunque con su propio estilo. Se trató de un trabajo meritorio con mucho que decir, momentos extraordinarios, otros prometedores pero en conjunto aún irregular. Luego vino un seguidilla de EP’s y compilaciones en los que cada vez crecía más la percepción de aquello de lo que eran capaces de crear y expresar. Esta evolución emplazó un hito con la obtención de los premios Generarock a mejor disco del año y mejor video del 2012 dentro de todo el panorama rockero nacional, lo que les hizo ganar a establecidas bandas nacionales de mucho mayor presupuesto y de mayor amplitud comercial. Hoy todo eso queda nuevamente refrendado con un disco que solo puede ser entendido como la más despiadada orquestación de la muerte que el metal peruano haya jamás creado: Madremuerte.
Se trata de un álbum sin descanso, sin pausas (ni siquiera entre los temas que al mejor estilo del primer Slayer tiene todos los cortes pegados) que se convierte en una perversa sinfonía de death metal que conjuga violencia sónica, merced a una base rítmica extrema, veloz y precisa, con una pericia técnica que a veces se extraña en el metal extremo que con frecuencia apuesta al todo o nada en la velocidad y descuida los detalles. Además de que es posible encontrar algo más que resulta vital en las verdaderas creaciones artísticas de cualquier estilo y es la convicción, la autenticidad, creérsela. Y estos tíos se la creen y eso marca la diferencia. Este metal es pesado porque ellos creen en esta propuesta, no es una fórmula repetida o calcada, no es xerox death metal, es death metal de verdad que gracias a la inspiración pero sobre todo al trabajo constante y la experiencia ha alcanzado este notable nivel.
Simplemente pasa que todo funciona. Los temas se mueven entre el death metal puro y death doom aunque en esta ocasión tenemos la impresión de que el resultado es más death que doom. Todos los temas tienen la precisa cantidad de cambios para hacerlos interesantes y sorpresivos lo que evita que caigan en la monotonía pseudoritualista de algunos exponentes ni que cometan los excesos de cierto death metal ultratécnico en que simplemente se diluyen los temas en una orgía de cambios sin nada que les dé coherencia. Estos además dan precisa cuenta de la contundencia de la batería que está simplemente asesina y a la velocidad precisa. Las guitarras desgarran el sonido mientras crean el horror instrumental más salvaje que quepa imaginar. La voz profiere con brutalidad los versos que describen los pavorosos panoramas que los títulos convocan, además de hacerlo en español (por una decisión personal de la banda) lo que le da un valor agregado al grupo. Además y no menos importante los teclados que acompaña todos los temas creando esa atmósfera clásica del death/doom metal de los 90.
Madremuerte tiene 8 temas. Esa discreción se agradece hoy en día ya que permite enfocar la atención en cada corte. Algo que la mayoría de bandas debería tomar en cuenta si desea que alguien les preste oídos con atención. En el arte es mejor pecar de breve que por exceso, como decía Borges hay que evitar el ripio. Sin embargo el disco alcanza casi la hora de extensión. La verdad que se pasa volando pues a cada tramo oído se desea escuchar el siguiente.
De acuerdo con la información brindada en el libreto los integrantes actuales son Mario Romanet en la voz y el bajo, Marco Borra en una guitarra, Alick Gonzalez en la otra guitarra, Antonio Duncan en los teclados y Theo Suchero en la batería. El disco se grabó en 2014 (la percusión en 2013) en el estudio de la banda, lo que me parece extraordinario, pues dada la calidad del sonido alcanzado ese estudio debe estar muy bien provisto. Magali Luque hace voces femeninas adicionales en Ocaso de un dios. La portada es obra de Alan Corpse (y ha quedado muy buena). Además el interior del libreto luce un diseño muy cuidado, con grabados románticos (me refiero al periodo no al sentimiento) y medievales que son muy poco frecuentes pese a ser de domino público. Muy bien elegidos.
Obviamente el disco se puede conseguir en Galerías Brasil, además de Phantom Music y otras discotiendas (de las que quedan ya pocas)
Este trabajo reclama por su producción y calidad el vinilo en gatefold a gritos. La persistencia arroja frutos, cuando se tiene algo que expresar.
Video de Los Custodios, corte del disco Madremuerte
Video ganador en Generarock 2012