Reseña de L.A. Guns - The Missing Peace - Frontiers - 2017
Me acerque a este disco de L.A. Guns con el temor que te produce la posibilidad de decepción de una banda que te gusta demasiado, el temor de sufrir ante la constatación de que uno de tus grupos ha sacado algo no muy bueno. Afortunadamente este no ha sido el caso, The Missing Peace es un notable trabajo de madurez que reúne por primera vez en más de una década a los dos nombres más emblemáticos de la carrera de L.A. Guns: el vocalista Phil Lewis y al guitarrista Tracii Guns.
Aquel temor original se entiende en la medida en la que la de L.A. Guns no ha sido una carrera homogénea. Si bien es cierto sus primeros cuatro discos son extraordinarios y que los dos primeros, el homónimo del 87 y Cocked and Loaded (1989), pueden considerarse obras maestras en su estilo, los 90 fueron una época llena de desaciertos. La salida de su vocalista original luego de Vicious Circle (1994), les llevó por derroteros que pretendieron adaptarlos a los nuevos tiempos en clave groove/nü metal a lo Machine Head, y conforme a la transformación de la industria musical que se vivió en aquellos años: la verdad, la cosa fue esperpéntica.
No es hasta el comienzo del siglo XXI cuando con su vocalista clásico, Phil Lewis, de regreso, que parece reencaminarse la carrera de la banda con Man in the Moon (2001) y luego más aún con el extraordinario Waking The Dead (2002, reseña de aquel trabajo acá). Sin embargo, pese a la buena acogida de tales trabajos, Tracii Guns sale de la banda y luego de varios proyectos fallidos inicia su propio L.A. Guns y así asistimos al insólito panorama de dos bandas con exactamente el mismo nombre girando y grabando discos. Incluso la versión Tracii Guns de L.A. Guns vino a Lima en la década pasada.
Los frutos discográficos de ambas encarnaciones fueron disparejos aunque mejor le fue a la versión de Lewis que mantuvo mayor estabilidad y más músicos originales, como el baterista Steve Riley. De sus trabajos cabe destacar Hollywood Forever (2012). La de Tracii llegó a acumular 40 integrantes en los años que existió y trabajos musicales de relativo a escaso interés. Ahora luego de sucesivas declaraciones según las cuales jamás se juntarían de nuevo, y de lo mentirosas que suelen ser estas, acá están juntos. Al parecer, Lewis abandonó su propia versión de la banda para unirse a Tracii Guns en una nueva encarnación de la banda, luego de que este admitiese de que su salida original fue su culpa.
Yendo al disco. Se trata del trabajo más variado que hayan realizado hasta la fecha y que muestra los mejores registros de la banda, sleaze angelino clásico, hard rock, power ballad, heavy metal, punteos afilados, voz rasposa, coros energéticos, temas contundentes, algún sonido noventero. Pero sobre todo ese espíritu rebelde y callejero, su nasty reputation, que los convirtió en los Guns and Roses sin domesticar que supieron proyectar en la mejor etapa de su carrera. No tiene desperdicio.
Quizás lo que dé más vida al conjunto es esa constante presencia de la guitarra de Tracii que le da a los temas esa sensación de la marginalidad del primer mundo. Esos punteos iracundos, dosificados, y esos riffs incontestables, sencillos pero precisos a los que siempre les he sentido una inspiración priestiana. En el caso de Lewis la cosa va por donde se supone y queda muy bien. Se nota que no está en las épocas de los primeros discos, pero sabe sacarle provecho a lo mucho que le queda. Si la tuviera que relacionar con algún trabajo previo sería el Cocked and Loaded.
Lo más importante es, sin embargo la construcción de temas potentes como Sticky Fingers, absolutamente sorprendente tanto en sentido melódico como en construcción composicional, un tema ambicioso, con un riff de primera sin llegar a ser, por ello, original. El apartado baladas no se queda atrás para nada con un tema como Christine que bien pudo ser un verdadero hit en 1989, pero que se mantiene por sí mismo. También el tema hard rock y bluesero Kill it Or Die con elementos sabbahtianos en las voces y presencia destacada del bajo de Johnny Martin. También tenemos la metalera The Devil Made me Do it, quizás el punto más alto del disco. Y así, podríamos hablar de todos los temas, la mayoría de ellos alcanza el excelente o pasa el bueno. No hay temas de relleno.
Este disco no es obra, en realidad, de ninguna de las dos encarnaciones de la banda que han existido por más de 10 años en paralelo sino de una tercera, compuesta por los ya mencionados Phil Lewis y Tracii Guns, junto a Michael Grant (Endeverafter) en las guitarras, Johnny Martin al bajo y Shane Fitzgibbon (Gunzo) en la batería. El resultado es muy bueno, ojalá puedan ir sumando miembros originales como Steve Riley o Mick Cripps para tener a los L.A Guns al pleno, sin resentimientos y haciendo buen sleaze metal callejero
Videos de temas del disco