Reseña de Despondent Chants - The Eyes of Winter - Independiente - 2018
¿Es The Eyes of Winter el mejor disco del metal peruano de este año? Ahora resulta difícil saberlo en la medida en la que las bandas nacionales están con tan buenos lanzamientos que en cualquier momento aparece una sorpresa, pero me atrevo a afirmar que será difícil superarlo.
Nuestro país tiene una pequeña pero larga tradición en las vertientes más pesadas y morosas del metal. Aparte de la tradición más tirada hacia el rock y el heavy tradicionales representadas por los tempranos Oxido, los enormes Mazo, o los hoy reconocidos Reino Ermitaño, también hay una tradición death doom que arrancó con Inmemorial a comienzos de los 90, que se prolongó con bandas como En las Espesas Nieblas y el primer Psicorragia, y que hoy encuentra una extraordinaria nueva expresión con Despondent Chants, banda originaria del Cuzco y que ya lleva sus años andando por los caminos del metal pesado. En el 2004 editaron su demo debut Forgotten Roses on My Grave, seguido en el 2010 de The Lingering Silence. En el 2015 se lanzaría en edición muy limitada un CD doble recopilatorio.
Desde el principio quedó claro que lo suyo eran las melodías densas pero atractivas, las intrincadas inmersiones en bosques de atmósferas en las que uno parece perdido hasta que, de pronto, se alcanza a encontrar un trayecto de salida. La densidad oscura del death metal, el espíritu pesado del doom y la técnica nacida de una escucha atenta a los maestros del progresivo. No otra cosa nos ofrece The Eyes of Winter, solo que esta vez agigantado por una producción enorme (y una presentación de primera).
Se trata de ocho cortes, relativamente extensos como cabe suponer en este estilo del metal. No es metal para salir saltando lleno de rabia entrechocandote con otros sino para darte de golpes contra la pared de tus propias sensaciones desatadas desde lo más profundo de tu ser. Musicalmente hablando no es nada extremo, sino más bien melódico con claras referencias al Amorphis de Elegy, quizás también un poco al primer Anathema, pero las similitudes acaban pronto cuando nos enfrentamos a una intención más atenta a una belleza morosa que al maquillaje de la brutalidad de mediados de los 90.
Ese concepto de búsqueda de esa estética pesada resulta clave para entender The eyes of Winter. Los pasajes de punteos de bajo se alternan con las partes en las que las guitarras nos inundan con melodías escabrosas como perdidas en un bosque húmedo y apenas iluminado. La percusión, por ratos sincopada, marca ese trayecto de tal forma que debemos permanecer atentos. La divagación es solo momentánea.
Hay algunos trayectos en que las cosas se aceleran un poco, como en Lama Sabachthani, en la que el agónico lamento del hijo de un dios se dirige a su creador indiferente, la voz toma el protagonismo, y la guitarra va trazando los movimientos melódicos en segundo plano ¡qué riqueza de detalles de fondo!
Nebulae es otro momento espléndido del disco. Un himno cantado desde una tumba, de una belleza especial que no se aleja de la irreversibilidad de la muerte. La voz en contrapunto áspero con la limpia guitarra. Qué luminosa se oye la batería.
Son 8 cortes de extensión apreciable que despliegan una de las mejores exhibiciones de death doom realizadas en los últimos años en Sudamérica y que merece la atención de cualquier adepto a las melodías obscuras de ese trayecto en el que se unen el death, el doom y cierta vena progresiva.
En cuanto a la producción esta es realmente impecable. Muy valiente pues se corrió el riesgo de civilizar demasiado la funebrez del estilo de Despondent Chants al darle un sonido que resaltase esa dimensión de belleza que tienen los temas, pero afortunadamente se ha sabido mantener el equilibrio entre una producción limpia y moderna y una vocación oscura y ominosa. El mérito corresponde a Carlos Medina, guitarra y voz de la banda y también a Jens Bogren (Opeth, Dimmu Borgir, At the Gates, Katatonia, Moonspell, Kreator, Ihsahn, Dark Tranquillity, Paradise Lost, Amon Amarth, Dragonforce, Haken, Rotting Christ, Symphony X, Angra ) de los Fascination Steet en Suecia donde ser realizó la masterización.
La presentación del trabajo es también meritoria, digipak grueso y de buen acabado. Concepto visual apropiado al título ofrecido. La portada diseñada por el reconocido artista noruego Erlend Mork, sugiere lucha en la desolación, algo que va acorde con lo transmitido por el disco. La impresión del libreto además es clara y profesional. Nada que objetar tampoco en ese nivel.
The Eyes of Winter es, en suma, un excelente debut en larga duración de una banda nacional post-clásica, que nos ofrece una de las mejores combinaciones de atmósferas y melodías del metal actual. Con discos así, al metal peruano le queda mucha trayectoria. Recomendado, además de para los doomsters, para cualquier seguidor de la buena música.