QA Comercio

Pedro Pablo León. Perico. Era, con el permiso de los religiosos, un elegido. Uno de esos extraños hombres que nacen una vez cada 50 años y que se dejan llevar a donde sus pasos los guíen. En esa docilidad radica su fantasía: como son buenos, no importa si son obreros o gerentes. Si son dueños o invitados. Si mandan o gobiernan, que es lo que hacen los futbolistas inmortales como él.